Russel Ciau
"A lo largo de mi vida como atleta de parkour he tenido muchísimas experiencias, me he caído y levantado cientos de veces y el parkour me ha dado muchas lecciones de vida. No podría contar todas porque nunca acabaría, sin embargo hay una en especial que me marcó muchísimo; después de practicar parkour por casi nueve años, hay mucha seguridad en tu cuerpo, tienes movimientos a distancias y alturas muy grandes, mortales y giros difíciles y bueno, crees que ya dominaste todo, sin embargo hay una parte que nunca se termina de dominar, y hablo de la seguridad a la hora de competir, hace dos años me tocó vivir esto, y más que inseguridad, sentí mucho miedo. Les explicaré un poco: primero que nada en el parkour no creemos en la competencia, ya que nadie es mejor que nadie, sólo tú eres mejor que tú mismo, sin embargo a veces hacemos estos eventos donde “competimos dos básicamente es mostrar nuestros mejores movimientos para motivar a los otros traceurs a mejorar y se le da un reconocimiento al que tenga el mejor movimiento o al más veloz, yo ya había participado en estos eventos en una ocasión y gané el primer lugar, sin embargo esta vez era muy diferente, ya que venía un atleta desde España muy especial, al que llevaba admirando por años y el sería juez en la competencia, y la competencia era a nivel nacional".
"Por si fuera poco, había una selección previa a la competencia, tenías que mandar un video haciendo una pequeña línea (así le llamamos a los recorridos de parkour) y los organizadores del evento decidían si participabas o si te quedabas mirando en la banca. Una semana antes de la fecha límite para mandar el video, estaba pensando mucho si competir o no, me estaba muriendo de miedo, pero al mismo tiempo quería hacerlo, pasaron los días y no me decidía, un día antes de la fecha límite le llamé a un amigo para que me grabe y salí a entrenar, grabé dos líneas y llegué a mi casa a editar el video para mandarlo, creo que fui el último en mandar su video. Ya está, el video ya está ahí, ahora esperar a que me seleccionen… o no. Por si fuera poco, los videos se subían a youtube con el mismo título, entonces pude ver el vídeo de mis, tal vez, futuros contrincantes, y ahí fue donde aumentó mi miedo, eran buenos, muy buenos, tenían movimientos que nunca había intentado, y mis esperanzas de entrar a la competencia disminuían. Pasaron tres días y los organizadores empezaron a subir las fotos de los que participarían en la competencia, y por cada foto que se subía, sentía más lejos poder lograrlo, hasta que de repente, subieron una foto más y sí, era la mía. La felicidad me inundó, y por un segundo tuve mucha confianza de que podía".
"Pasaron las semanas y tomé un vuelo a la Ciudad de México, en donde sería la competencia (que, por cierto, también fue un completo reto ahorrar para ese viaje). Al llegar al evento, vi a las personas con las que competiría, y sentí muchos nervios nuevamente, era muy diferente ver esos movimientos brutales por video, que en persona. Y empezó la competencia, mientras pasaban los primeros competidores yo pensaba en mis mejores movimientos y como los podía conectar para que se vean fluidos, con estilo y rápidos. Y llegó mi turno, para hacer tu línea podías escoger una canción, para que te concentraras, escogí la mía y me puse en posición para empezar, empezó mi canción y también empecé yo, después de mi primer movimiento mi canción dejó de sonar, sí, el audio empezó a fallar justo en mi línea, no importa, continué, sólo pensaba “salta” “gira” “rápido” trate de disfrutarlo, pero estaba muy nervioso, giré encima de un cajón, pero ni salté lo suficiente, y me golpeé el hombro, “nadie lo notó” pensé, estaba listo para hacer un movimiento, mi mejor movimiento, pero dejé de sentir el hombro, así que alcé los brazos formando una X terminando así mi línea".
"Terminó la competencia, por si se lo preguntaban, no, no quedé ni en primero, ni en segundo, ni en tercer lugar, ni siquiera pasé a la segunda ronda. Pero tuve algo mejor, aprendí a no presionarme, a disfrutar el momento, conocí a muchas personas, hice amigos, me enseñaron nuevos movimientos, conocí a uno de mis atletas favoritos, conocí la ciudad de México y los más importante de todo, adquirí experiencia, a pesar de que no gané, sigo participando en competencias, sigo creciendo. Esa experiencia me llevó a crecer mucho tanto como atleta como persona. Y sin duda alguna, participar en esa competencia fue una de las mejores decisiones de mi vida".
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